Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de 2017

Obdulia Ortega

Bruma Si el vaho de los cristales nos esconde, amágale las manos al viento, hurta la organsa que nos cubre adorna de suspiros mi pelo destrenzado. Que tus dedos bailen tango en mi espalda cuando me riegues con azares ardientes antes que la noche me descalce y divulgue que pequeña… soy sin ti. De todos los poetas que estuvieron el 29 de Noviembre en la Facultad de Humanidad, Obdulia llamó mi atención desde el primer momento que la vi. De todos parecía la más sencilla. Todos los demás venían ataviados y casi, casi, disfrazados; como si la poesía no bastase. O tal vez, pretendiendo ser alguien más. Efectivamente, en el momento en el que empezaron a leer me di cuenta que tenía razón. Sin embargo, Obdulia siguió capturando mi corazón cuando nos regaló sus versos. No recuerdo ya el poema que leyó. Sin embargo comparto este que conseguí en Marca Piel . Con respecto a este poema,  al igual que todos los que he compartido en mi blog, me gusta porque me hace sentir

Anillos de ceniza

A Cristina Campo  Son mis voces cantando para que no canten ellos, los amordazados grismente en el alba, los vestidos de pájaro desolado en la lluvia. Hay, en la espera, un rumor a lila rompiéndose. Y hay, cuando viene el día, una partición de sol en pequeños soles negros. Y cuando es de noche, siempre, una tribu de palabras mutiladas busca asilo en mi garganta para que no canten ellos, los funestos, los dueños del silencio. Alejandra Pizarnik

Cenizas

Fuente La noche se astilló de estrellas mirándome alucinada el aire arroja odio embellecido su rostro con música. Pronto nos iremos Arcano sueño antepasado de mi sonrisa el mundo está demacrado y hay candado pero no llaves y hay pavor pero no lágrimas. ¿Qué haré conmigo? Porque a Ti te debo lo que soy Pero no tengo mañana Porque a Ti te... La noche sufre. Alejandra Pizarnik

Cold in hand blues

Fuente y qué es lo que vas a decir voy a decir solamente algo y qué es lo que vas a hacer voy a ocultarme en el lenguaje y por qué tengo miedo Alejandra Pizarnik

Voy a dormir

Fuente Dientes de flores, cofia de rocío, manos de hierbas, tú, nodriza fina, tenme prestas las sábanas terrosas y el edredón de musgos escardados. Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame. Ponme una lámpara a la cabecera; una constelación; la que te guste; todas son buenas; bájala un poquito. Déjame sola: oyes romper los brotes... te acuna un pie celeste desde arriba y un pájaro te traza unos compases para que olvides... Gracias. Ah, un encargo: si él llama nuevamente por teléfono le dices que no insista, que he salido... Alejandra Pizarnik

A la espera de la oscuridad

Ese instante que no se olvida Tan vacío devuelto por las sombras Tan vacío rechazado por los relojes Ese pobre instante adoptado por mi ternura Desnudo desnudo de sangre de alas Fuente Sin ojos para recordar angustias de antaño Sin labios para recoger el zumo de las violencias perdidas en el canto de los helados campanarios. Ampáralo niña ciega de alma Ponle tus cabellos escarchados por el fuego Abrázalo pequeña estatua de terror. Señálale el mundo convulsionado a tus pies A tus pies donde mueren las golondrinas Tiritantes de pavor frente al futuro Dile que los suspiros del mar Humedecen las únicas palabras Por las que vale vivir. Pero ese instante sudoroso de nada Acurrucado en la cueva del destino Sin manos para decir nunca Sin manos para regalar mariposas A los niños muertos Alejandra Pizarnik

Conocemos el peligro de la vida

Fuente Conocemos el peligro de la vida Conocemos el peligro de la vida La angustia como plomo Sobre los calendarios Cae y se instala Con su furiosa Presencia Acomoda el dolor Y nos retiene Su mano de cieno Hace callar a las palabras. No decimos porque no podemos Hacemos un hueco en el silencio Y de pronto se inunda con el llanto. Todo es triste. Curiosamente triste Nos desconsuela arrancarnos el alma Salir hacia los otros Abriendo el pecho Tendido en hilos de memoria. La casa es un laberinto Que recorremos con los ojos cerrados Y sin embargo… Nos abruma el conocimiento La conciencia El lugar común de este poema Me abruma. Si yo fuera tú iría hacia ti buscando reconocerte. La soledad es cruda y necesaria La alegría sólo un concepto. He visto llorar Te he visto llorar Y hubiera querido tantas cosas Tragarme tu llanto para convertirlo en arabesco Dibujar una cruz Y crucificar a tantos. Es verdad que también cargo con el odio. No puedo sustraerm

D.F. México City

Fuente Ganas de decirte linda una tristeza. Nicolás lloró y era triste, el niño, el caballito, pegazo duro, ese silencio. Esta mirada resiste linda, esa casa ajada, la espalda levanta el muro, si hace simiente la vieja, la doña brillando en alma otra espera, pero brillando la casa levanta desmoronamiento en el cartel de la acera PLOMERO, se ofrece Destapa caños y reza, reza: valor de cambio esta mirada dice ASÍ es mi pollo ) media metáfora pide valor de c.a.m,bios cristos c.a.c.a cambios o cerveza fría para llevar a casa cuando linda viene cansada a la casa y AMÉ.RICA tus besos de soldada o dulce hogar sin estilo, cuate o letra valedera, la compañera llaman en México al amigo y al peso al rescate otro delirio de la sin.taxis y paro el metro, en la medida de tus curvas Virginia Lucas

Sueños que miran al sol

Fuente Sueños que miran al sol edificios de papel Pájaros negros sobrevuelan mariposas grises contra la claridad del aire muchedumbre de insectos cubren los cristales tamizando la luz crepuscular Una soledad de siglos y el calor y el polvo y el silencio y el asco y un profundo olor a jazmines putrefactos Y el relámpago y la lluvia y el océano interminable cayendo sobre el suelo y sobre mí Y la misma sensación la paz la calma el libre fluir del río subterráneo Y el abrazo. Claudia Morassi

Cerrados los ojos

Fuente Cerrados los ojos siento que un hombre se mueve sobre mí no, es el peso de la tierra que ya asoma su profunda lujuria. Y cuando gusto su carga mineral en mi boca, es el hombre que, de pronto, ha regresado: yace quieto cual la tierra y, como ella, deja escapar ligeras súplicas. A veces, creo haber nacido para erguirme, fuerte, sobre gastadas superficies. Pero el íntimo saber me hunde en mí misma. A veces me cubre la tierra; otras, el hombre. Beverly Pérez Rego

Qué hago ahora que vengo

Fuente Qué hago ahora que vengo del planeta de tus brazos. No me reciben. No entienden mi desafuero. Cambiaron las formas, se expanden en llamas. No se contienen. Me dejaste una pasión que ahora no sirve a nadie. Cecilia Ortiz

Letras

Fuente ¿A dónde se va siempre persiguiendo balas? Como si no hubiesen más días en el calendario. Empedernido, fallas una y otra vez. Gastas todo lo que no tienes en verla otra vez. Hetarias por hetáreas pasean insesantes, y te jactas, como si nadie supiera que no eres ningún kan. La última vez que navegaste en esas aguas tan azules me dijiste, nadie la podrá reemplazar y ahí vas otra vez obviando lo que te parte la cara. ¿Para qué? Rara vez te lo has llegado a preguntar, si tuvieses dos dedos de frente.... nada más. "Tenía todo lo que quería, un día todo se volvió negro". Vas y vienes otra vez. w x y z
¿Cuál es la lección mas grande que una mujer debe aprender? Que desde el primer día tiene todo lo que necesita dentro de ella misma. es el mundo el que la convence de que no es así. Fuente Rupi Kaur Traducción: Waleska Barroeta de:  https://goo.gl/P6eWmU

Lirios

No sé si estaré ahí cuando mueras, ni sé si me voy a enterar de cuál será el lugar, en el que arderás. No sé si serán todas la flores para ti o serán para aquellas flores que arrancaste del jardín. No te dije cómo eran mis pétalos quemados, te lo escribí. Pero tú no escuchaste, hiciste. No a mí, pero sí a ella, que es yo. Yo soy ella, quieras o no. Soy de tus ramas, aunque yo no quiera y por eso quiebro mis vástagos pero, el polen no lo enmienda pero, al menos, ya no estaré para tu funeral. Aún cuando tú sí estás, probablemente más que yo que florecí y marchité, primero que tú. Ningún árbol sabe cuántas flores arrancaste de raíz, cuántos capullos Lo que era también yo como eras tú de ellas. No sólo le quitaste a ella sino a mí y a ti, por eso sé, que en el incendió estaré pero no me quedaré, para morir yo también. Fuente
fue cuando paré de buscar hogar en otros y elevé las fundaciones de un hogar en mí misma encontré que no habían raíces más íntimas que aquella entre una mente y un cuerpo que han decidido ser un todo Fuente Rupi Kaur Traducción: Waleska Barroeta de: https://goo.gl/yeX8uh

Cuellos

La semilla, el agua. La sal, el azúcar. Las contadas veces que estuve en tus ramas Fuente meciéndome, me matabas como la boa sin piedad. Eres la sangre que derramaba mi boca de tanto beso, brotaba de mis dientes tu sabor. De chocolate, de carbón. La bondad, el odio. La canela, el comino.
pensaste que yo era una ciudad suficientemente grande para una escapada de fin de semana soy la ciudad rodeándola de la que no has escuchado pero a la cual siempre le pasas por un lado no hay luces de neón aquí no hay rascacielos ni estatuas pero hay un trueno con el cual hago temblar puentes no soy carne de calle soy un jamón hecho en casa suficientemente grueso para cortar la más dulce cosa que tus labios tocarán Fuente no soy sirenas de policía soy el crepitar de una chimenea te quemaría y todavía no podrías quitar tus ojos de mí porque me vería tan hermosa haciéndolo te sonrojarías no soy una habitación de hotel soy un hogar no soy el whiskey que quieres soy el agua que necesitas no vengas con espectativas e intenta hacer de mí unas vacaciones Rupi Kaur Traducción: Waleska Barroeta de: https://goo.gl/ekRysa
Me encontraba frente a un camino que se había hecho con las ruedas de los pocos carros que circulaban por ese bosque, en medio del deseo de un retiro de escritor olvidé lo inútiles que son las llantas de un corsa 2007 y quedé atascado en el lodo. Decidí que debía buscar ayuda y empecé a caminar, mientras pensaba en mi nuevo personaje, sería una mujer de labios rosa, rubia, alta, galesa tal vez…. Unos minutos después, la manecilla de mi brújula giró oscilando entre sur y norte a velocidad de segundero. Le di unos golpecitos en el vidrio sin obtener resultado alguno y tropecé con mis propios pies, rompiendo los cristales de mis lentes. Me levanté resignado a morir entre los arbustos y  frente a mi apareció una figura de luz que no logré distinguir más que por sus dos metros de altura. Pensé: si de todos modos voy a morir ¿Por qué no acercarme? Di un paso y su luz se extinguió quedando reducida a un punto en el suelo que caminaba asustado como cucaracha. Cuando me escuchó dirigirme hacia