Las palmas de las manos, apretadas contra el rostro.
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Los dedos, las uñas, los nudillos,
que amasan la piel.
Arriba, abajo, dentro, como tú. Arriba, abajo, dentro.
El poro que se asfixia. El soplo nada armónico, del compás
del vaivén.
El subibaja humano, el columpio, el trampolín.
Fetichista, asqueroso, purificado.
Van, ven (tú), ven (ellos).
Toma la cola del caballo, penetra las grietas de su tez,
El remolino precioso de mugre en la calle,
El polvo, la colilla, la saliva evaporada.
Que entra, que sale.
Debajo de mí, no hay nada.
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